Caso Schoklender: el grupo Cablín oculta la naturaleza marionetística de las cosas (Por Prof. Chopper)

Lo que muchos no saben acerca de todo este problema de Schoklender, es que el tipo la tiene más que clara en las cuestiones relativas a los inventos. No se ha cansado de decirnos y advertirnos que ha creado de todo. Neciamente, todos tratan de enjuiciarlo y encarcerlarlo. Desde ya les avisamos que eso es del todo imposible. La causa es que Schoklender no es Schoklender sino un androide que se comporta como Schoklender. Es manejado desde el búnker del verdadero Schoklender, situado en un sótano en pleno microcentro de Baires.
Pero esto no es nada: también el juez que lo persigue es una marioneta electrónica.
Por un par de títeres miren el escándalo que arman.
En conclusión: una vez más, como dice Barone, ustedes se morfan todo el pescado podrido que vende el grupo Cablín, liderado por el nefasto Morgado, quien dicho sea de paso nunca hizo el show en un ambiente en el que todo era liviano, sino que se encontraba colgado del techo junto a su enigmático partenaire sexual, Esteban Prol. Obsérvese el degeneradísimo rostro del hombre que mueve los hilos del país, el lider del Grupo Cablín.

Como siempre digo: si usted quiere ser feliz, apropicue una buena milanga para todos en una tira de francés, tírese en la cama, sintonice el 7 y teletranspórtese al fantástico país de la peronización psíquica. El resto, viene solo.