domingo, 4 de septiembre de 2011

Notipinja. Capítulo 1: El seminario de Tito P.

Clase del 25/08/2011: Histeoria
   Hoy trataremos el tema de la histeria, o de la historia, no me acuerdo bien. En fin, algún tema trataremos, puesto que para eso se nos paga con el castigo de un profesorado sin fin...sin fin digo, porque uno les machaca y les machaca y no hay caso: ustedes siguen tan primates como siempre. Por suerte, ya que si no se acabaría mi escandaloso robo como profesor de esta cátedra. 
El seminario de Tito P. en la ULCDLL

   La histeria: muchas han sido las pelotudeces que han dicho por ahí, sobre todo Lacan y otros granujas, y ustedes las conocen mejor que yo. Pero vamos directo al grano. Empezaré con una somera definición, que no tiene nada de abstracto: la histérica es ese personaje especializado en lograr que uno se sienta angustiado. Ustedes dirán eso de que toda definición es una abstracción, etc. Pero la que acabo de dar es una de las excepciones a la regla. No hay nada más que importe de la histérica: se especializa en hacernos sentir angustiados, no es otra su función en este bendito universo. Se ha dicho que las mujeres son todas histéricas, y la verdad es que no lo sé. Lo importante aquí es saber cuál es la esencia histérica, y sobre todo saber reconocerla. Pasaremos por tanto a los criterios para reconocer a una histérica:
a      a) Es una mujer que se acerca a nosotros y se interesa por nosotros.
b        b) Es una mujer que una vez que nosotros hemos demostrado interés por pasar algún tiempo con ella, decide hacer cualquier cosa por demostrar lo contrario a lo descrito en el punto a).
Pero lo importante es tener siempre presente el criterio a), porque de ese modo sabemos que estamos ante una histérica y que el destino final de la relación es nuestra angustia. No importa cuán bien y tranquilos estaban cuando conocieron a la mujer: terminarán mal. 
   Como mi intención es que ustedes puedan ver encarnadas mis ideas, invito a la celebérrima novia del Dr. Di Bolazzo, la Lic. Falopio, a subir al escenario de sus conciencias. Muy bien, he aquí un ejemplar muy adecuado de histeria. Esta mujer, como la ven, lleva puesta escasa ropa, y además transparente. Sus carnosos y agudos pezones apuntan directo al centro de nuestro corazón, pues, como lo he dicho desde el primer día de este seminario, el 99 por cierto de nuestros sentimientos tienen su origen en la energía proveniente del recuerdo de esos pezones que tanto nos gustó y nos gusta succionar. Muy bien, la sra. Falopio nos apunta indiscriminadamente, nos da con esos pezones en la pupila, y no hay problema. Uno puede perfectamente decir: nunca será para mí, no vale la pena que me caliente al pedo mirando tras su ropa. Pero también puede ocurrir, como en el caso del infeliz de Di Bolazzo, que la srta. nos invite a acompañarla al baño de damas de la facultad, nos encierre y literalmente nos invite a manosearla, tal vez acompañando todo con un toqueteo de nuestros genitales, e incluso con lo que denominamos un buco-vaginal. Pregunta: ¿qué debe hacer el alumno en el momento en el que se le realiza la proposición? Voy a dar opciones:
1       1) Va al baño con la mujer.
      2)  Dice no y continúa pensando en las contradicciones de la obra de Freud.
      3)  Se va a la casa y se masturba compulsivamente mientras mastica un chupete con miel.
La elección de la opción uno nos habla de un sujeto demasiado masoquista para mi gusto o de un ingenuo. La elección de la dos nos habla de un homosexual o de un intelectual de esos que son mayoría en este espacio, que por cierto es lo mismo. La elección  de la tercera es la que nuestra enseñanza nos indica como la más homeostática a largo plazo. El profesor Kazka nos ha lanzado en la cara sus teorías conductistas para explicarnos que nuestro énfasis en la práctica masturbatoria llevaría, de ser tomado en serio, a la insanidad mental, dado que se trata de una severa inadaptación al orden sociocultural. 
La caja conductista de Kazka, basura metodológica antipaja

Aprovecho para denunciar al cerdo conductista de Kazka: su mujer lo deja con la lechita y bien que no le queda otra que irse al baño de todos modos. Es frecuente este tipo de cuestiones: el profesor que tiene su gran teoría para evitar decirse a sí mismo lo que nosotros decimos con todas las letras: la paja es lo mejor.
   Muy buena frase para tenerla siempre en la mente junto a la definición de histérica que he dado, anotad: la paja es lo mejor.
   No le crean señores, al profesor Kazka.
   No le crean tampoco, entonces, a la srta. Falopio ni a los animales que ella con tanta maliciosa felicidad representa. La histérica solo se ama a sí misma. Y ustedes me dirán, y usted Tito P., ¿no se ama solo a sí mismo, acaso, dado que su única actividad sexual es masturbatoria?  Y les contesto que no, por el simple motivo de que decir Tito P. y su “sí-mismo” es algo inexacto. Justamente porque no hay ningún Tito P. es que es imposible que esa supuesta entidad se ame a sí misma por la vía masturbatoria. En el caso de la histérica estamos en lo opuesto: hay una sí misma que es amada a) por ella misma, por sobre todas las cosas y b) por el imbécil que se enrosca en su juego maldito.
   Y no es la histérica una cuestión periférica en nuestras preocupaciones. Vayan y lean un poco, cualquier cosa, siempre encontrarán un tipo que se topó con una histérica, se casó, tuvo hijos y luego todo le fue para el orto en su vida sentimental, social y económica. Es la historia de milenios de civilización en este simpático mundo: imbéciles tirando semen dentro de histéricas para que todo siga siendo cada vez más y más triste. Justamente por eso no sabía hoy si les iba a hablar de la histeria o de la historia. Porque la histeria es una gran parte de la historia de este planeta, en el caso de que exista y no esté yo alucinando.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Jaja claramente elegir ir al baño con la mujer es darle piedra libre a que ésta se malacostumbre y se convierta en una reverenda hija de... madre histérica! Una vez leí la frase más acertada sobre cómo se debe lidiar con ellas "La clave para estar bien con una mina es encontrar el grado justo de maltrato"
    Estas cosas con la inquisición no pasaban, a la que se le ocurría hacerse la histérica, derechito y sin chistar a la hoguera. Estamos en un siglo de montoneros feministas que llenan de derechos humanos a las mujeres y ya no podemos ni prenderlas fuego. Hay que aprender a ignorarlas, dejarlas en paz, que se junten entre ellas a leer la Cosmo y los hombres tienen que empezar a fijarse más en los hongos. Ellos sí que saben del amor.
    Desde que me convertí en una ciudadana del Reino Fungi mi vida ha dado un giro no-negativo de 180º: puedo comer bizcochos de grasa sin culpa y ya no sufro en "ésos días" de mierda. Larga vida al Mushroon Kingdom.

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  3. PD: perdón que moleste con comentarios pero esto de la histeria me dio inspiración para un nuevo texto, gracias querido Antonio por el post!

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  4. No nos pida perdón Leididi! Cada comentario suyo es un placer. Lo que sí, no le haga caso al desalmado e Tito P., es tanto o más histérico que las mujeres a las que critica y obtuvo su cátedra de forma mal habida! Yo voto por las histéricas, que nos alegran la vida de mil formas! Gracias por tus comentarios!

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