domingo, 11 de septiembre de 2011

Notipinja. Capítulo 3: El Sistema Nervioso

   Existe una tendencia en los humanos consistente en tomar por gran cosa a los sentimientos. Pero no, solo son una de mis maneras menos crueles de castigarlos. Son mis lindos tentáculos los que crean esas estupideces. Pasión, amor, odio, celos, envidia, altruismo, orgullo, vanidad, asombro, en fin, todo, todo. Ahora bien, esto no significa un mero reduccionismo biológico. Si me llamo Sistema Nervioso, precisamente es porque soy una entidad de temperamento inquieto, intuitivo, que fácilmente se aburre, y por ello no podría ser uno de esos mediocres científicos deterministas. Vivir dentro del cuerpo de un energúmeno como Tito Papusa tampoco me ayuda demasiado.
   Pero, sobre todo, necesito castigar. El principio de la tortura, que fue creado en una tarde maníaca, hipermaníaca de verano. En ella Tito, como siempre, gozaba fálicamente con una mujerzuela de las que sobran en la vida. Pues bien, en ese momento un relámpago me hizo ver el principio de tortura. Dice lo siguiente: “el sistema nervioso –es decir, yo- castigará lo más posible a Tito, no ya bajo la forma de sentimientos o pensamientos, puesto que no les da pelota desde hace tiempo, sino bajo la forma de sensaciones dolorosas de todo tipo, viscerales, musculares, visuales, etc.”
No hay finalidad, puesto que solo soy eso, una masa de células alocadas, aburrida, que se dedica a fustigar a Tito.
   Con todo esto nos aproximamos al tema esquizofrénico del “lenguaje de órgano”, pero no hablaré sobre ello, pues las teorías literarias o psicológicas están a cargo del profesor Chopper, al menos en este blog. Antes de irme quisiera aclarar dos cuestiones acerca de mí:
       a) De mi nombre, la parte que dice “sistema” no debe ser tomada literalmente, pero sí la parte que me califica de “nervioso”.
     b) Tengo malas intenciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...