domingo, 16 de octubre de 2011

Notipinja. Capítulo 8: Refutando a Skinner

   Te encontrare una mañana, oh gran Tito, ingresando al aula con ese matungo blanco, tu espada forjada en aluminio; un solo ser el caballo, la espada y tu cuerpo; la mirada sin asombro de tu alumnado; los gestos de desdén de tus superiores universitarios; tu propia policía interior acusándote de psicótico; y yo estaría ahí, oh, gran Tito, para decirte que tu actitud es la correcta, y no solo eso sino también la conducta que adoptares luego: tomar la bosta de tu corcel y revolearla contra el pizarrón, específicamente contra el cuadro sinóptico de la teoría conductista de Skinner, horrendo prodigio surgido de afanes de control social, propio de profesores que están más del orto que vos.
   Contra viento y marea, contra el desprecio de las adolescentes, el odio, las acusaciones falsas y no tanto, la demencia, el Estado Mayor Conjunto del Ejército controlado por el Decano, la mafia del porno de New York, la corrupción generalizada de la sociedad, contra tu propia biología; contra todo esto arremetieres en libertaria cabalgata por una Ciudad Universitaria sucia y de corazones enfermos de angustia egoica. Quisieres quemar todas las cintas métricas del mundo que la gente usa para medir su altura y compararla con la de los demás. Pero hay poco tiempo.
   Tiempo que pasares, de seguir en esta línea de caballos y espadas de baja calidad, sin siquiera una sola palabra.

2 comentarios:

  1. Ja ja, hay que haber leído mucho para hacer una descripción tan acertada, un besito, Ana C.

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  2. Algo he leído, otro poco estudiado, ja. Muchas gracias Anita por la generosidad de pasarte por acá! Beso!

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