domingo, 2 de octubre de 2011

3 Actividades para que te olvides de las ganas de coger (Por Lic. Grace Falopio)

   No hay caso. Semana tras semana les enseño a disfrutar del amor y del sexo y ustedes siguen tan insatisfechos como siempre. Es hora de cambiar de rumbo. No sabés seducir, no sabés coger y no vas a coger en los próximos tres años. Por lo tanto, es necesario que busquemos algo para que hagas con tu gris y horrible vida antes que el semen te tape las arterias cerebrales y termines bailando en los actos de Macri con una corneta en el upite. Aquí, algunas posibilidades para vos, que no la ponés nunca. Además, si tenés éxito, a lo mejor te hacés famoso y conseguís alguna turra que te lleve a la cama, aunque para ese entonces quizá ya no se te pare.
a) Convertite en escritor de libros de autoayuda.
   La vida se ha vuelto muy complicada. La caída de las religiones y de las ideologías ha dejado al humano en una situación de carencia de sentido que lo envuelve en la angustia existencial, el onanismo compulsivo y los chizitos Kellog's. Ya nadie sabe qué hacer con su vida ni cómo solucionar sus problemas pequeño-burgueses. Vos no sabés nada de la existencia, mal podrías darle consejos útiles a alguien. Sin embargo, esto te favorece, pues a la hora de escribir inevitablemente serás original. Buscá un tema que atraiga al lector medio, como "Gente venenosa que debes eliminar del mundo" o "La espiritualidad en la era del baile del caño". Buscá en Wikipedia cuatro o cinco filosofías y/o religiones orientales y mezclalas con tu escasa experiencia de vida o con lo que imaginás que es una vida. Largá todo tu odio hacia la realidad y los seres humanos camuflado con frases de Mahoma. Una vez que termines tu obra, tal vez nadie la lea o la publique, pero para ese momento ya habrán pasado diez años en los que te entretuviste con un proyecto de mierda y olvidaste que sos un total fracaso.
El profeta Mahoma puede ser una fuente de inspiración para los consejos de vida que le vas a dar a gente que está tan perdida como vos.

b) Hacete twittstar.
   Esto está emparentado con el ítem anterior pero es menos dificultoso. No hace falta que hilvanes más de dos ideas. Podés escribir pelotudeces de dos renglones cada tres minutos y ni siquiera hace falta que se te hayan ocurrido a vos. Podés plagiar o buscar chistes en Google. Comprá un pack de 2000 seguidores en mercado libre o fabricá la misma cantidad de bots que te sigan (éstos son más fieles). Cuando los tuiteros vean que tenés muchos followers y que no seguís a nadie, pensarán que tenés cosas importantes e ingeniosas para decirle al mundo y tu cantidad de seguidores crecerá en progresión geométrica. Verás cómo retwittean las ideas más vulgares y los chistes más pelotudos del mundo. Esto inflará tu ego al extremo y olvidarás tu insatisfacción sexual hasta que Twitter deje de existir.
El logo de twitter. Cada nuevo follow que consigas te provocará un mini-orgasmo, al alimentar tu exhuberante ego.

c) Transformate en un cineasta comprometido.
   Actualmente la tecnología está al alcance de cualquiera. Una camarita y una PC y podés filmar todas tus ocurrencias. Metete en un colegio primario y hacé documentales amarillistas sobre el consumo de paco en los chicos de clase media. Si éstos no tienen idea de lo que es, dales vos la droga y de paso te hacés unos mangos. Infiltrá siempre en tus videos un alegato contra el narcotráfico y el vacío existencial posmoderno, que llevan a los pibes a destruir sus vidas por un placer efímero. Terminá tu film con algún mensaje esperanzador de Ghandi o Cristina Fernández. Tal vez hasta tenés suerte y conseguís un subsidio del gobierno.
Filmá escenas que escandalicen a la opinión pública. Si no las encontrás, fabricalas.

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