domingo, 30 de octubre de 2011

Notipinja. Capítulo 9: Con ustedes, el gerente y mamá cocodrilo

   - Hoy hablaremos, en realidad, hablaré, ya que ustedes no tienen la obligación de participar, ni el deseo, ya que todos sabemos que asisten a esta facultad a entablar relaciones promiscuas con el sexo opuesto y a obtener un título estatal que certifique su experticia en lo concerniente a la psique humana, de modo que el día de mañana puedan sentarse junto a un infeliz que les pague por escuchar sus penurias y lamentos. Me dispersé... Siempre que recuerdo que ustedes cobrarán por una terapia mental me indigno demás. Con solo verles la cara sé que son unos canallas a quienes poco les importa el prójimo. ¡Si les importara no estarían acá! ¡Ja! ¡Estarían estudiando los problemas epistemólogicos de esta farsa de profesión que han elegido y sacarían, al fin, la conclusión de que lo único que harán será perjudicar y perjudicar a ingenuos que creen que la psicología es una ciencia que solucionará sus problemas! Pero no, acá están, y no les importa. Ciertamente, no les importa un cuerno que su futuro trabajo será una estafa, que su futuro título una licencia para robar. Todos vendehumos. Pero no importa, seguiré dándoles clase hasta que me harte de todo y un día me baje los pantalones aquí mismo, para escándalo de la decana. Me chupa un huevo. En fin, hablaremos, pues, del ego. Es el gran problema de todos y acá no se salva nadie. Se pueden tomar dos caminos básicos: aliarse al ego, buscar elevarlo imaginariamente lo máximo posible, o bien combatirlo. En el último caso, el sujeto buscará no llamar la atención, pretenderá que no quiere el reconocimiento de los demás, se flagelará mental o físicamente cada vez que el orgullo empiece a invadir su conciencia. Ninguno de los dos caminos lleva a algún lugar interesante. Lo único que lograrán a largo plazo es volverse más amargados y amanerados. El ego estará ahí siempre, sostenido de las bolas por el Satanás interior, la entidad a la cual llamamos "superyó" y cuyas perversas actividades veremos en alguna clase posterior, si no es que muero o los asesino antes. Con esto quiero decirles que de nada vale enfrentarse al pobre ego, tampoco de nada vale protegerlo, el resultado será siempre el mismo, por la sencilla razón de que están actuando, una vez más, por encargo del Amo, con mayúsculas, ese papi interior al cual ustedes quieren complacer cueste lo que cueste, para recibir unas buenas palmaditas en sus colas imaginarias imberbes, las que tenían cuando todavía eran omnipotentes y mamá cocodrilo los hacía delirar de placer con sus tetas reptílicas. Puedo parecer oscuro quizá, pero no se preocupen, aun si les definiera claramente los conceptos ustedes seguirían sin entender nada, pues no les importa. Ustedes quieren un título para estafar a la gente y a sí mismos, creyendo que le aportan algo a la sociedad, no les importa comprender ningún mínimo punto básico acerca del ser humano. Ya lo dije, la prueba de lo dicho es que están aquí, en esta fábrica de imbéciles que es la universidad. Por tanto seguiré, y quizá, en algún momento, en su vejez, digan "ahora entiendo lo que Tito quería decir", pero será tarde, habrán derrochado los mejores años de sus vidas. Les digo que ustedes quieren satisfacer a un amo cuya oscuridad organiza y conserva todos los males de este mundo, que sería radicalmente otro si ustedes tuvieran un mínimo de huevos y en lugar de correr tras él, se pararan frente a frente, de cara a su impreciso y temible rostro y le dijeran: andate a la mierda. Pero tienen miedo, porque saben, de algún modo, que de hacerlo el suelo comenzaría a temblar y estarían indefensos. Tendrían que dejar de ser pendejos de papá para bancarse la nada y el todo concentrados en un solo punto de existencia, sin tiempo y sin lugar. Y ustedes no tienen los huevos. Yo sí los tengo, yo lo hago cada día y acá me ven, totalmente hecho mierda, mi rostro es verdoso, vengo con una galera a la facultad y me masturbo compulsivamente cuando no estoy dando clases. Pero yo tengo los huevos. Ustedes, ¿los tendrán alguna vez o van a seguir esperando siempre esa palmadita en la cola, manga de basuras? Les dejo el interrogante. Pónganse a pensar  sobre esto, a ver si se les ocurre al fin algo para decir o preguntar. O pónganse a leer un poco a Lacan. Porque pronto tendremos que ocuparnos de mamá cocodrilo, el meollo de la cuestión, pues es quien está detrás del amo satánico que maneja sus estúpidas vidas, a modo de gerente.

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