domingo, 26 de junio de 2011

Bardo en el Ital-Park: el cura que logró reinventarse (Por Prof. Chopper)

   Reinventarse, esa es la palabra. Adaptarse a los tiempos que corren. "El cambio es sinónimo de estar vivo" nos dijo nuestro personaje de hoy al principio de la entrevista que le hicimos en el Ital-Park, lugar donde acababa de dirigirse a una masa fanática de jóvenes católicos disidentes y anarquistas.
   Ante las fuertes declaraciones de Bergoglio, el padre Julio César Grassi se sintió tocado. Dicen que el que reacciona mal es por algo personal, pero él lo niega. Sostiene que el arzobispo de Buenos Aires atacó a sus más puros ideales revolucionarios. Al enterarse de las duras palabras de Bergoglio, Grassi convocó de inmediato a un acto en el Ital-Park para agitar a sus seguidores. Lanzó incendiarias invectivas contra el cardenal en un principio, fue subiendo a cada minuto el tono y terminó con un ataque violentísimo al sistema, a la sociedad y a la historia mundial en su conjunto. No se salvaron de sus venenosas palabras ni personajes famosos por su bondad o pacifismo, tales como la Madre Teresa de Calcuta o Ghandi, a quienes trató de "tibios y viles tergiversadores de la verdadera fe". Habló o gritó un largo rato acerca de cómo se había manipulado el mensaje de Cristo en los últimos dos mil años. Dio su polémica versión sobre los milagros, según la cual todos se dieron con los seguidores y el mismo Jesús bajo los efectos de arcaicas drogas psicodélicas. "Estaban todos de la cabeza cuando, por ejemplo, Cristo caminó sobre el agua... Qué agua va a haber ahí, si estaban en medio del desierto, ¡pura pepa, nene!" dijo en cierto momento.
   Estaba verdaderamente sacado, al punto de que sus anteojos se empañaron debido al calor de su mirada de indignación. Alguien le gritó "¡Padre! ¡Usted está poseído!", a lo cual él contestó: "sí, la reputa madre que te parió, estoy poseído por la incestuosa concha de las hermanas de estos reverendos hijos de puta, como Bergoglio". Dicho esto sus adeptos estallaron en gritos histéricos y cantaron la consigna "¡Se siente, se siente, Grassi Presidente!" Mientras la multitud deliraba, Grassi quemó la Constitución Nacional y la Biblia con un soplete al grito de "¡Todas estas palabras son una mierda!". 

 El otrora menemista Julio César Grassi quemando una Constitución, en el acto anarco-católico disidente de ayer a la madrugada en el Ital-Park.

 Hizo un gesto para que todos se callaran y siguió con su discurso: "Ahora vamos por todo. El cura de mierda de Bergoglio no quiere que ustedes se droguen. Yo les digo: ¡viva la falopa! ¡Viva el sexo anal! ¡Viva el Poxi-ran! ¡No a la represión! ¡Sí a la absenta y al reviente! No se dejen reprimir por ese amargado del orto, ¡yo bendigo vuestro reviente desde el día de hoy hasta el día del juicio final! Ahora vamos por todo, vamos por la Presidencia, por el Senado, la Corte Suprema, todo, todo. Vamos a quemar el Congreso. Vamos a convertir la Casa Rosada en una boite y a la Residencia de Olivos en un puterío. La política tradicional murió. Hace falta alguien con huevos, la puta que lo parió, y ese soy yo. Vamos a romperle el culo al Estado, a la Iglesia, al establishment económico, les vamos a expropiar hasta las ganas de vivir a todos estos hijos de puta. Yo les digo: si se cruzan con un peronista, písenle la cabeza; si se cruzan con un radical, métanle un sopapo. Tenemos que terminar con esta política de mierda, con el control social de estos miserables y tomar el poder. ¡La  revolución es ahora! ¡Y nosotros somos la vanguardia católica que va a encender la mecha de la bomba anarquista para que todo se vaya a la reputa madre que lo re mil re parió!"""""
  El acto terminó con un extraño ritual llamado "la comunión del pebete". Los seguidores se pusieron en fila y uno a uno se dirigieron a Grassi, que les metía un pebete en las fauces. Finalmente, el mismo Grassi se comió un pebete y el acto se dio por terminado.

 Dos seguidores del padre Grassi en pleno Ritual del Pebete. Nótese el gesto de desafío a la sociedad y las caras de degenerados.

    Analizado desde afuera, el movimiento de Grassi parece tener rasgos anarquistas y, más que católicos, satanistas. No descartamos una peligrosa conexión con el anarcosindicalismo de los teletubbies, sobre el cual ya hemos alertado días atrás.
 ía
               *Profesor de Ontología y Odontología. Ex convicto. Ex frepasista.

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