martes, 28 de junio de 2011

De vampiros y hombres lobos: el dramático caso de Matías Almeyda (Por el Nene Forrizzo)

   La tarea del analista de la realidad es sacar a la luz las tramas ocultas que explican los fenómenos. A veces no es grato, a veces es doloroso. No obstante, el deber para con la sociedad siempre está primero que el bienestar personal.
   El lamentable descenso de River tiene que ver más con cuestiones sobrenaturales y románticas que con los fríos números de las auditorías. Más con periodistas que no son lo que parecen y un capitán atribulado, que con un técnico portador de mala suerte. El amor está en el centro de este dramático descenso tanto como la sangre.
   El capitán de un equipo es su alma, el ideal hacia el cual todos los demás tienden, el líder impoluto que organiza el caos. Cuando el capitán se ve envuelto en un triángulo amoroso con seres infames, no es alocado pensar que algo andará mal y que nuestro equipo puede naufragar en un torneo tan difícil como el de la primera división argentina.
    El Conde Recondo conoció a Matías Almeyda, capitán de River, en un pueblito bonaerense hace más de quince años. Almeyda era un adolescente tímido y enjuto y Recondo un verdadero seductor.  Se apropió poco a poco del alma y del cuerpo de Matías, y más de una vez lo obligó, por aquella época, a mantener relaciones inapropiadas con otros vampiros ocultos del mundo del fútbol, como el Conde Distasio y el Barón Beto Alonso. Todos se disputaban la yugular del capitán. La venta de Almeyda a Europa salvó su vida y su carrera, pero cuando volvió al país, los fantasmas del pasado empezaron a rondarlo otra vez.




 Las dos caras del Conde Recondo. El periodista confiable aunque demasiado pálido, y el salvaje vampiro. Sedujo a Matías Almeyda cuando este era apenas un adolescente timorato.

    Sin embargo, un nuevo actor aparecería en escena cuando el retorno de Matías al país, otro periodista que no es lo que muestra. Estamos hablando del hombre lobo Leto, quien de día parece un hombre normal pero por las noches padece el crecimiento ilimitado de su entretejido hasta convertirse en una bola de pelos. Fue así como comenzaron las disputas por el amor del capitán de River, las noches de batallas entre hombres lobos y vampiros, el sufrimiento de Almeyda, su vacilación, su no saber a quién amar... y la consecuente caída de su liderazgo y de su equipo.


   El hombre lobo Roberto Leto y su flequillo asesino. Se enfrentó a los vampiros riverplatenses por el amor de Almeyda, desestabilizando la moral del equipo entero, lo cual culminó con el temido descenso a la B.

   Cabe preguntarse si  nadie advirtió el factor vampiro actuando sobre la columna vertebral de River. ¿Nadie notó la blancura sospechosísima de gente como Recondo, Distasio, Alonso y compañía? ¿Las marcas en el cuello de Almeyda? ¿El sugestivo apellido que tomó el diez del equipo, "Lamela", que es casi como un mensaje de los vampiros degenerados hacia el mundo entero? ¿Dónde estaban Passarella y J.J. López cuando el Conde Recondo se aparecía en la ventana de la suite de Almeyda, en plena concentración para importantes partidos? ¿Qué hacían mientras Leto aullaba enloquecido en el hotel la noche de luna llena previa al primer partido con Belgrano?
   Las respuestas a estas preguntas nos darán los primeros trazos del entramado que hay tras la tragedia riverplatense.

                                           * Estudiante de periodismo deportivo y lic. en psicología electromecánica. Amante de Mimí Pons y de Juan Manuel Pons.

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