En La Paloma con los Ninjas Uruguayos. Descubriendo el cerebro que maneja a la oposición. (Por A. Di Bolazzo)

   Los ninjas uruguayos nos pasaron a buscar por la Plaza Fabini -Montevideo, Uruguay- en un rastrojero de obvio color negro. Nos ataron de pies y manos, nos vendaron, amordazaron y nos tiraron en la caja. El Nene Forrizzo se hizo pis encima y yo tuve una erección. El objetivo era encontrarnos con su líder, que secuestró a nuestra compañera, la volátil lic. Falopio.
   Llegamos a la Paloma, al fin, y penetramos en el campamento ninja. Allí nos liberaron y nos presentaron al jefe. Todos vestían su típico atuendo negro y llevaban diversas armas como espadas, shurikens, bombas de magnesio, etc. El líder de la organización estaba sentado sobre una piedra muy punteaguda que parecía buscar lo más recóndito de su ano. En posición de cague, con ambas manos sobre sus rodillas, gritaba cada tres segundos algo como "kiaiiiii, ay, ay". No se sabía si era un grito de guerra o de dolor o de un saludo. Sus secuaces nos explicaron que era un milenario ejercicio para endurecer el alma y también la cola.

El rostro del Jefe Ninja resistiendo el ejercicio milenario de la piedra en el culo, en nuestro encuentro en La Paloma, Uruguay.

   Frente a él, a ambos nos soprendió la dureza de sus azules ojos llenos de lágrimas. Pregunté por nuestra compañera y de inmediato un ninja salió de atrás de Forrizo y me afeitó el mentón con la katana. "El próximo corte es en la lengua, nadie abre el pico ante Gastón" dijo el agresor.
   Nuestro objetivo, como sabrán, era negociar por la libertad de la lic. Falopio. El jefe ninja empezó a hablar: "Me conocerán por programas como Montaña Rusa y Alas, poder y pasión. Larga ha sido mi carrera actoral pero ciertos problemas financieros me acercaron a las artes marciales y la política, alejándome del actoraje. Disculpen si lloro, pero recordar aquella época de fama me pone emocional. Kiaiiiiiiiiiiii!" Parecía un hombre sufriente, Gastón Pauls, pero también despiadado. Habría que andarse con cuidado. Continuó: "La propuesta es simple: quiero el papel de Chávez en El Puntero; quiero que se prohíba a Chávez en la Argentina; quiero ser mejor actor que Chávez; quiero que Patricia (Bullrich) obtenga también un papel protagónico... quiero chupar un consolador, ¡ninja!, tráigame un consolador ahora. En fin, no sé por qué a veces tengo el deseo repentino de succionar un consolador. Si ustedes hablan con su gobierno para cumplir con estos requisitos, les devolveremos a la lic. Falopio." Dicho esto, simplemente nos despidió.
   Volvimos en un remis al centro de Montevideo, preguntándonos si no será G. Pauls el cerebro que diagrama las estrategias de la oposición, lo cual explicaría muchas cuestiones.