Los años pasaron y Fernando Ezequiel Solanas no ha alcanzado aun su meta. Se perfilaba como una alternativa al oficialismo pero decidió bajarse porque las encuestas no le daban. "Será en el 2015" afirman sus seguidores. Bien, desde acá les digo: si no hacemos unos pequeños cambios Pino no llegará, no llegará...
Como sé que muchos pinistas siguen este portal de noticias, me tomé el trabajo de redactar el siguiente conjunto de instrucciones que, de ser seguidas, catapultarán a Solanas a la concha de su madre, en el buen sentido de la expresión. Atenti bersaglieri, estas son las instrucciones:
1) Incremento del sex appeal.
No es que Pino sea un tipo poco erotizante ni mucho menos, pero aun no ha alcanzado el grado de una CFK, de una Elisa Carrió, de un Alfonsín (padre, hijo o espíritu santo, más adelante hablaremos de esta radicalísima trinidad), de un M. Macri. CFK nos pone duros con su voz teatral, Carrió nos transporta a fantasías infantiles sadomasoquistas, etc. ¿Qué nos produce Pino? Decís "el tipo es chulo", pero nada más. Hay que ir un poquito más allá. Propongo lo siguiente.
a) Teñirse el pelo. Un colorcito caoba bien cuidado sería lo más adecuado de acuerdo a la forma pentagonal de su bello rostro.
b) Nada de lipos ni gimnasio. El peso está bien. Lo que hay que lograr es una figura más proporcianada. Para esto contamos hoy en día con la magia de las siliconas. De acuerdo al tamaño de su cuerpo recomiendo unos 130 de siliconas, colocadas detrás de la glándula mamaria para dar un aspecto más realista. En las nalgas una porción acorde a los senos será suficiente. No queremos llamar la atención sino obtener un cuerpo armonioso.
c) Movimientos gatunos. Pino se desplaza muy a modo elefante, lento y pesado. Hay que darle un toque más de vedette bajando las escaleras del Maipo, más elegante y provocativo, más Nélida Lobato y Zulma Fayad. Esto es clave.
Solo para tener un pantallazo de la bomba que puede ser este cambio, les dejo algo en lo que trabajaron nuestros diseñadores.
2) Comunicación.
a) Tono seductor. Nos gusta lo que Pino dice, no lo niego. El problema es cómo lo dice. Le hace falta una cuota de provocación y misterio, de picardía y sexualidad. Hay que trabajar para que su voz se parezca a la de una Negra Vernaci, a la de una Alessandra Rampolla, incluso podríamos tomar un poco del acento caribeño de esta última.
b) Discurso enigmático. Relacionado con lo anterior, basta de dejar las ideas cerradas y claras. Hay que ser más misterioso, muchachos. Por ejemplo, si venimos hablando de los trenes, hay que dejar todo a medias tintas. Supongamos que Maxi Montenegro le pregunta "¿cuál es la utilidad de esta propuesta?", no hay que contestarle de modo lógico, eso no le importa a nadie. Hay que lanzarle un "lo vas a averiguar cuando me votes, bombón". Más misterio, menos lógica. Vamos que se puede.
c) Insultos. Pino es reconocido como un caballero. Pero de esto a ser pensado como un nene de mamá hay un solo, pequeño y diminuto paso. Hay que empezar a poner un poco más de huevos y putear a todo el que piense diferente. Nada de "canalla" o "corrupto". Puteadas a los gritos van a dar rating y la sensación de que Pino se la banca de verdad.
3) El apodo o nickname.
"Pino" suena simpático y bonachón, pero también pasivo e inactivo como un vegetal. No vamos a llegar a la Rosada si no cambiamos por un sobrenombre más potente. Propongo "Pinchilo". Es fuerte y sexual. Un slogan como "Pino se planta" suena bien. Pero un slogan tipo "Pinchilo Solanas te la manda a guardar", es definitivamente poderoso y varonil.
Siguiendo estas líneas de trabajo creo que tenemos un candidato imbatible en el 2015. No descarto una fórmula con Elisa Carrió convertida en hombre, luego del implante de una buena prótesis peneana.
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