lunes, 4 de julio de 2011

Ocho minutos antes de morir políticamente (Por Dr. Di Bolazzo*)

   Los resultados de las últimas encuestas, según los cuales no llegaría ni al ballotage en las elecciones de la CABA, sumieron a Fernando Solanas en un lamentable pozo depresivo. Pasó las últimas 48 hs tirado en su cama comiendo leche condensada con una cuchara sopera y mirando películas de Carlitos Balá, sin atender el teléfono ni leer los mails, y con un nefasto trabuco en la mesa de luz.
   En su comando electoral cundía el pesimismo y se pensó en bajar nuevamente su candidatura, hasta que una oportuna arenga de Vilmita Ripoll los sacó de la apatía y los puso a trabajar. Pronto se reunieron los principales referentes y se comenzó un ejercicio de brainstorming. Estuvieron quince minutos tirando ideas de toda clase, lo que los dejó agotados. Algunas propuestas relevantes para torcer el resultado adverso fueron la toma del poder mediante militantes armados con fusiles máuser y el fraude electoral. Finalmente se decidieron por algo más futurista, inspirados en una peli recién estrenada: el uso de una avanzadísima ingeniería informática, electrónica y biológica que permitirá a Pino ir y volver con su mente entre escenarios electorales posibles y nuestra realidad presente, de modo que pueda ir testeando qué acciones lo hacen subir en la intención de voto.
 Juampi Cafiero y Marcelo Polino, de Proyecto Sur, probando el dispositivo cuántico-cibernético que le permitirá a Solanas corroborar el efecto de propuestas petardistas sobre el electorado porteño. Reina el optimismo.
  
   Por cuestiones de física cuántica y biología cerebral, Pino solo tendrá ocho minutos para permanecer en cada escenario electoral virtual. En ese escaso tiempo debe, desesperadamente, hacer algún espectacular anuncio y comprobar cómo impacta esto en el electorado.
   Unas tres horas antes de la veda electoral se conectará el cerebro de Pino a una supercomputadora y el candidato ingresará en una realidad virtual idéntica a la nuestra. Allí tendrá ocho minutos para hacer algo de tinte petardista para cambiar el destino. Dos minutos antes de regresar a nuestra realidad, su equipo virtual hará veloces encuestas que dirán si Pino logró sumar votos. La hipótesis es que si lo que hace funciona en esa realidad virtual, también será efectivo en nuestra realidad. El método usado será el de ensayo y error, y se lo mandará a Pino unas veinte veces. Algunas de las líneas de acción a testear sugeridas por el equipo fueron:
a) Porno-Pino. Hará una entrada rimbobante en el noticiero de TN y besará los senos de Victoria Donda en vivo. Captaría el llamado voto onanista. Sumaría 5 puntos en la elección.
b) Homo-Pino. Apuntando a enganchar el voto gay, Pino declarará en Intrusos una relación sádico-anal con Juampi Cafiero. Agregaría 3.7 puntos.
c) Perón-Pino. Pino anunciará en un micro de Majul que él y solo él cuenta con la tecnología biológica para metamorfosearse en J.D. Perón. Como prueba, aparecerá con las manos medio deterioradas diciendo que ya comenzó por implantarse las del verdadero General. Busca el voto peronista y le sumaría 1.9 puntos.
d) Bat-Pino. Contará en Clarín una desgarradora historia acerca de su doble identidad: por las madrugadas Pino sale a combatir a la derecha política vestido de Batman. El target es el voto comiquero. Redituaría 68.5 puntos.
Imagen del Pino Solanas virtual cibernético, quien cuenta con una doble identidad batmánica o, al menos, intenta hacer creer eso a la gente para ganar las elecciones en la CABA

   Si luego de los veinte intentos Pino no alcanzó el ballotage, sus seguidores han decidido que lo dejarán conectado para siempre a la computadora. Instalarán un driver con una realidad paralela en la que Pino es presidente y lo dejarán viviendo allí, engañado, hasta que su cuerpo deje de funcionar.

*Dr. en filosofía placéntica. Autor del libro "Abotonados en la cordillera". Canalla.

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